Causa enfermedades

Vasta evidencia científica

Hoy en día existe una vasta evidencia científica que comprueba los efectos dañinos de los campos electromagnéticos, especialmente de los campos electromagnéticos de alta frecuencia y pulsadas, como se generan por los celulares, los teléfonos inalámbricos, wifi, bluetooth, incluso al solo tenerlos encendidos, aunque no las usamos, no hablamos por teléfono y no usamos internet. Típicamente esta tecnología puede causar:

  • jaqueca
  • taquicardia
  • insomnio
  • hipertensión
  • nausea sin que se encuere una razón evidente
  • estrés, dolor de cabeza, migraña
  • artritis
  • artrosis
  • enfermedades sicosomáticas, estrés, burnout
  • enfermedades sicológicas como depresión, anorexia y bulimia que se asocian con un desequilibrio de melatonina y serotonina.
  • cáncer cerebral (que ha aumentado un 10.000 % desde existen los celulares).
  • Infartos de corazón, cerebral y del ojo.

El estrés que nos produce el estar “electrificado” constante e incesantemente incluso aumenta la posibilidad de que se formen conflictos y peleas en la casa o en el trabajo. Este estrés hoy día es tan normal que muchos ya hemos olvidado que tranquilo era la vida antes de la masificación de estas tecnologías. Pero podemos corroborarlo alejándose de las ciudades buscando los últimos rincones en el país donde aún no haya señal de celular (gracias a Dios en Sudamérica todavía existen – en muchas partes del mundo este “lujo” ya no existe). Probablemente se dará cuenta que se sentirá muy relajado, podrá dormir mejor, los dolores de cabeza, la artritis o otros malestares milagrosamente desaparecen o se mejoran.

Poca consciencia en la medicina

A pesar de que existen estudios científicos que asocian un sin número de enfermedades y malestares y, incluso, daños directos en las células de nuestro cuerpo y de la sangre, con la exposición a las radiofrecuencias, incluso la explosión de una densidad de potencia baja, muy pocos médicos tienen conocimientos de aquello. Por supuesto, si una persona viene con uno de los malestares mencionados arriba el médico no le pregunta al paciente si acaso él (o su vecino) instaló un teléfono inalámbrico o un wifi en su casa, sino simplemente le prescribe un remedio para atenuar los síntomas, por ejemplo, unas píldora para dormir o contra los dolores de cabeza o la hipertensión, cortisona contra las inflamaciones, etc.

Un avance es que la OMS reconoció la electro-hipersensibilidad (EHS) como síndrome. Lamentablemente el término posee cierta connotación negativa, como si fuese un problema de la persona en vez de culpar la tecnología nociva. Deja la impresión errada de que solo algunos son afectados, mientras como dijimos arriba hay una vasta evidencia científica que asocia el aumento significativo de cáncer, daños en las células, el aumento de la aglomeración de células rojas de la sangre (haciendo la sangre menos fluida), etc., con la exposición a campos electromagnéticos, evidencia dura que afecta toda persona, siendo sensible o no. De hecho, el ser electro (hiper)sensible puede bien entenderse como un don en vez de una enfermedad o síndrome, dado que esta sensibilidad le brinda a la persona “sensible” el don de ser consciente del daño y así buscar estrategias de evitar la exposición a radiofrecuencias. 

Estudios científicos se pueden bajar el base ScienseDirect. Si se pone como palabra clave «EMF Exposure» aparece más que 6.000 estudios publicadas en renombradas revistas científicas. También se puede usar las palabras claves «RF exposure» o combinar las palabras claves «elctromagnetic field y health». Un interesante meta estudio que se basa en la entrevista de 600 expertos en el tema fue publicado hace poco. En ese estudio se reconoce que hay personas (hiper)sensibles a la contaminación electromagnética; vea aquí. Una entrevista en castellano con dos biólogos de renombre internacional en el tema (uno de ellos galardonado con el premio «Right Livelihood Award» se pude ver aquí. Una sobrevista sobre reportes en castellano hay en la página UxTR.

 

¿Por qué no está prohibida esta tecnología?

Uno podría preguntarse ¿por qué no está prohibida esta tecnología si es tan dañina? En derecho publico existe un principio válido en todo el mundo: in dubio pro securitate. Este principio de precaución obliga al legislador de prohibir el uso de nuevas tecnologías mientras existen dudas con respecto a la seguridad de esta tecnología para el ser humano y animales. Debido a que sí existen estudios científicos que demuestran claramente los efectos dañinos a la salud no solamente al ser humano sino incluso a animales e insectos (algunos observan un comportamiento raro en las arvejas y quizá es esta tecnología la razón por la que se mueren estos insectos que brindan el servicio de la polinización tan esencial para la sobrevivencia del ser humano), esta tecnología debería ser prohibida.

Lamentablemente la industria que vende esta tecnología financia estudios que llegan a la conclusión que el riesgo para la salud no está claramente comprobado y que cuestionan que los otros estudios estén hechos de forma correcta, ponen en duda que los problemas de las personas observadas realmente tengan correlación con esta tecnología. No obstante, es muy interesante observar que no existe hasta hoy ningún estudio que excluye con certeza los riesgos para la salud. Similarmente elocuente es el hecho que no existen seguros contra posibles daños que puedan emanar de estar tecnología.

 

No existe un único síntoma

Un problema con respecto al reconocimiento de los daños y el ser consiente de ellos, es la diversidad o multitud de los síntomas o daños que causa la contaminación electromagnética. Las personas somos todos diferentes y no todas personas se ven afectadas de la misma forma. A algunos les causa dolor de cabeza, a otros depresión, a otros taquicardia, a otros cáncer cerebral o problemas sicológicos, y algunas personas no sienten ningún síntoma (o creen erróneamente que no les afecta dado que no asocian sus problemas con la electro polución). El no sentir ningún síntoma por supuesto no significa que no les daña, puede que solo no lo sienten. La imagen muestra un meta estudio que se efectuó en Alemania mostrando efectos severos incluso densidades de flujo relativamente bajas y dentro de las normas permitidas en la mayoría de los países.